Resumen:
No sabemos que nada semejante al funesto suceso que nos pone la pluma en la mano, y de que ha sido teatro la Capital de la República en la fecha que sirve de título a este escrito, haya acontecido entre nosotros, en los tres siglos transcurridos desde la conquista. Tan raras circunstancias, tan extraños pormenores caracterizan este hecho deplorable, que, constituyéndole único en su género, le hacen digno de maduro examen y estudio, y de imparcial y recto juicio. Y no solamente los rasgos singulares que le dan una fisonomía especial, atraen hacia el las miradas y atención del observador.
