Resumen:
Es esta la primera vez que subo a la tribuna; y ante un auditorio tan escogido como el que me escucha, la idea de mi insuficiencia me acobarda. Pero condición de la humana naturaleza es la necesidad que el hombre siente de comunicar a sus semejantes los movimientos del corazón. Cuando nos oprimen las amarguras de la vida, las lágrimas son el lenguaje del dolor, y lágrimas no lloradas vuelven al corazón de donde manan, y allí se detienen invisibles, más puras, pero no heladas, y más amargas, cuanto menos reveladas. Y cuando las alegrías vienen a dilatar el corazón, es necesario que esos sentimientos salgan de donde nacen, para dar lugar a nuevas expansiones.