Resumen:
Ciertamente que no hubiera escrito yo catilinarias entre los sachenes de los moscogulgos ni entre los jóvenes guerreros de los iroqueses: entre ellos no había un cara de caballo más ladrón que Juan Palomeque, llamado Ignacio Veintemilla; ni un viejo podrido en vicios, tal como José María Urbina: el jefe de la tribu es un soberbio hijo de la selva, gallardo de cuerpo, superior en sentimientos del ánimo, que rige á su gente con mero mixto imperio, respetado por su majestuoso señorío, admirado por sus virtudes, temido por su fuerza y su valor