Resumen:
El doctor Espejo, conocido ya de los lectores, cuyo talento despejado unía suma aplicación a las letras y deseos vivos de saber lo que generalmente ignoraban los americanos, era uno de los pocos hombres que conocían el derecho público y algunos otros ramos de las ciencias sociales. Impresionado y dolorido, más que otros de sus compatriotas, del estado de humillación de la patria, sin duda por pertenecer más inmediatamente a la raza vencida.