Resumen:
En verdad que ahora no podemos quejarnos, revisteros de los domingos, cronistas de lata semanal, historiadores de los siete días, campesinos y hacendados que asomáis con aspecto horroroso y mastodóntico a saber de corrido todo lo anecdótico de la semana. Ahora si que hay tela en que cortar y novedades de todos los calibres para charlar y comentar largo y tendido, lo mismo en el parque, en los portales, o en el pasaje...