Resumen:
Apóstol de la política cristiana, García Moreno la entroniza en su país, y derrama por ella toda su sangre, semilla de nuevos confesores de la fe, y levantando las actas de sus principios, de sus portentosas proezas, de su glorioso martirio, viene el autor á difundir por todo el orbe y perpetuar la obra del Presidente ecuatoriano. Nació este, como algunos otros príncipes temporales, para luchar contra la Revolución de 1789; pero mas afortunado que sus predecesores y contemporáneos, fué el único que logró volver á sentar y glorificar en el Estado á Jesucristo, arrojado ú latigazos del gobierno de las naciones católicas, por los traficantes mismos á quienes Él arrojó del templo de Jerusalem. Abundan modelos acabadísimos de virtud en todas las clases y profesiones, reyes, príncipes, grandes, labradores, pordioseros; pero ejemplares de hombres de gobierno hay pocos; de gefes de Estado que hayan tenido aliento, sabiduría y virtud para transformar en Cristo una nación, desde 1789 acá, ninguno mas que García Moreno.