Resumen:
El micrograma no es sino el epigrama español,
despojado de su matiz subjetivo. O más bien dicho, el epigrama esencialmente gráfico, pictórico, que por
su hallazgo de la realidad profunda del objeto -de
su actitud secreta- llega a constituir una estilización
emocional; el epigrama reducido en volumen,
enriquecido de compleja modernidad, ensanchado a
todas las cosas que integran el coro vital de la tierra.