Resumen:
En el crisol de la lucha y de los sufrimientos se depuran las almas. Después de este lento pero salvador martirio, en el que como en una hoguera, se queman hasta las últimas escorias e impurezas, las pasiones hijas del aplauso exagerado: los insultos, brotes de odio ciego, nacen los hombres y los pueblos a mejor vida, educados en la escuela de los dolores, de os combates morales, de las resistencias físicas y de la amarga experiencia. Al fin, llega la hora de la reparación y de la justicia para los individuos y las colectividades. El hombre abatido, blanco de la inquina, árbol caído para pasto de rudos leñadores, se yergue....