Resumen:
Por todos los ámbitos de la República pasó el huracán continuando y terrible, destructor y corruptor de todo cuanto había de noble, de altivo y de virtuoso que asfixiaba los espíritus con una atmósfera moral pesada como el plomo. En las ciudades y en las villas, en los pobres y en los ricos se dejaba sentir la influencia deletérea del sistema criminal bautizado con el nombre de Alfarismo. Los crímenes y desafueros se iban acumulando con rapidez sorprendente y las espaldas de los ecuatorianos no podían resistir ya, una montaña de infamia y de maldad...