Resumen:
El tren de pasajeros llegó a la Estación de Chimbacalle por la noche, con tres horas de retardo, por el descarrilamiento que poco antes, había sufrido uno de carga entre Machachi y Tambillo. Felipe Aldama que, como viajero practicó no llevaba otro equipaje que una sencilla maleta, la puso junto a él en un automóvil, y se dirigió a la ciudad después de dar al chofer la dirección del hotel en el que se iba a hospedar. Ya desde Machángara, observó Felipe los cambios efectuados en la Capital ecuatoriana en el transcurso de los veinticinco años que había estado ausente: alumbrado público más intenso y profuso; pavimento de asfalto, mayor movimiento y ruido por las calles.