Resumen:
La condición de todas las cosas humanas, por buenas y santas que sean, y de las leyes sabiamente establecidas, es que los hombres pueden abusar de ellas, desviándolas de su fin propio, para aplicarlas a objetos extraños; de lo cual resulta algunas veces que no se consigue el fin intentado por el Legislador, sino que a veces se obtiene un defecto contrario. Esto que es sobremanera lamentable ha pasado con las leyes de muchas congregaciones, sociedades o institutos, sea de mujeres ligadas con votos simples o solemnes, sea de hombres que, por su estado y régimen interior, son puramente laicos...