Resumen:
Sólo por reflexión del lenguaje podemos hablar de las jóvenes naciones de América. Hijas de una sola España, nacidas a la vez, terciada estuvo la sangre entre un cincuenta por ciento de Quijote y otro tanto por ciento de Tenorio, por línea de padre. Llamadas a la continuación de una misma herencia legendaria; asentadas en un noble suelo dotado de unidad geográfica; beneficiarias de un mismo patrimonio espiritual; el destino de os pueblos de América es, ineludiblemente, un solo y el mismo, por igual...