Resumen:
El 20 de Octubre de 1880, á las 8 de la noche, el doble de las campanas anunció á los habitantes de esta ciudad, que el distinguido eclesiástico don Francisco de Paula Arízaga, acababa de entregar su espíritu en las manos del Señor. El 21 fué conducido el joven difunto, en medio de un crecido acompañamiento, al templo de la Catedral, en donde, al siguiente dia, tuvieron lugar las exequias por el eterno descanso de su alma.