Resumen:
Hay dos sentimientos perpetuos, indestructibles y supremos en la Humanidad: el sentimiento de Dios, y el sentimiento de admiración por lo Grande. El ateísmo es y ha sido siempre la religión de los animales inmundos: Qui tampquam bruta animalia norunt, in his corrumpuntur. (Jacob. Epist. can). El hombre que llega á la estolidez de reirse de los sublime, y á obstinarse en no comprender lo que está encima de sí, es un insensto: ha perdido lo mas noble de su ser; y una naturaleza desviada y sin rumbo fijo engendra el escándalo, el horror, la execración. García Moreno es ese muro portentoso ante el cual la Impiedad y el Ateísmo rompen su cabeza de bronce: donde la Naturaleza pura de la humanidad se exalta, se sublima y se engrandece: donde la verdad y la gratitud de los pocos homrados que aun restan sobre la tierra hallan motivos de ensanchar su espíritu y glorificarse con inmortal y pleno gozo.