Resumen:
¿Quién de ustedes no ha sufrido el martirio de soportar las ganancias de algún niño prodigio, al que sus familiares, los del niño, prodigan todo genero de ditirambos? Yo de mí se decir que la otra noche fui víctima propiciatoria de esta clase de martirios, y podría sin rubor agregar mi nombre en el martirologio clasificándome entre los mártires, vírgenes, obispos y confesores...