Resumen:
La rueca del tiempo sigue deshilando impasiblemente el hilo de la vida, de nuestras vidas. Hoy como ayer y como hoy mañana hasta que, quien sabe que deseado cataclismo nos obligue a variar forzosamente de la postura a que indolentemente estamos acostumbrados, a menos queden en visitarnos embajadas extranjeras, epidemias y pestes, extranjeras también, y como antídoto no de las embajadas sino de las epidemias, comisiones científicas higiénicas y sanitarias...