Resumen:
Hacia el año de 1549 alzábase la ciudad de Zamora, entre el río de este nombre y el de Yacuambi. Recostada en las faldas de la cordillera del Pumancayo, extendía sus edificios de cal y piedra sobre las suaves ondulaciones de las últimas colinas, que se deprimen galantes hasta el gran río, como para servir de alfombra a esta sultana del Yaguarzongo, Vista la ciudad desde lejos, un dibujante la habrá tomado por la piel desarrollada de un siervo monstruo, que en la pasada noche sirvió de lecho a un considerable ejército...