Resumen:
Dame del atrevido, dame, lector, del sandío; del mal intencionado no, porque ni lo he menester, ni lo merezco. Dame también del loco, y cuando me hayas puesto como nuevo, recíbeme a perdón y escucha. ¿Quién eres, infusorio - exclamas, - que con ese mundo encima vienes a echármelo a la puerta?Cepos que dos: no soy yo contrabandista ni pirata: mía es la carga; si es sobradamente grande para uno tan pequeño, no te vayas de todas por este único motivo; antes repara en la hormiga que con firme paso echa a andar hacia su alcázar...