Resumen:
Nadie como el compositor fecundo
Traspasó la gloria los umbrales
Ni llevó los arpegios musicales
Del corazón sensible a lo profundo
De su estro arrobador y sin segundo, cuyo acento remedan los turpiales, Hay quedado las notas celestiales, endulzando las penas en el mundo. Nadie como él, se conquistó el renombre, de divino Mozart, desde muy niño, al revelar su rica fantasía. Que el cielo le inspiró para que asombre, el sublime lenguaje del cariño, en las notas que el Genio producía!...