Resumen:
Desde hace algunos meses viene
debatiéndose entre nosotros la espinosísima
cuestión del liberalismo: cosa
bastante rara en nuestro país, cuya
prensa política, en su mayor parte,
se desdeña de encumbrarse a la
límpida atmósfera de los principios
prefiriendo arrastrarse en el lodazul
de las diatribas. Por encanto hemos
visto formarse dos partidos, liberal el
uno y conservador el otro; mas en esto,
a decir verdad, no vimos nosotros
mas que una inconsciente parodia
de lo que pasa en otras naciones
viejas ya, así en el crimen como en
la civilización, plagio de nombres,
pero no de ideas, ni sistemas. Los
partidos, entre nosotros, son de hombres
no de principios; pocos.son los
que toman las cosas a lo serio, pocos
los que prefieren un sistema a
los destinos: los demás son conservadores
o liberales según les empuja
el viento de la ambician y con
la misma utilidad que cambian de
nombres, mudan de partidos; y así
pudieran llamarse hoy hugonotes,
como mañana musulmanes.